27/12/11

Navidades Jones (II)

Lo bueno de que la familia Jones este en Londres no es solo que me trajesen un roscón (ya me veía yo buscando en YouTube el video de Arguinano y esperando 5 horas a que la masa repose), es que me trajeron todas esas perlas Jones que hacen que hablemos de LA FAMILIA y que se esté en casa y con ellos como en ningún sitio:
v  El momento de abrir las maletas y colocar la ropa en los armarios se extendió un total de 4 horas: 1 angustioso minuto en los que los 3 visitantes Jones se miraron y se preguntaron varias veces quien 1. Robo los candados del diario de cuando éramos pequeñas y 2. Y más importante, quien tenía las llaves. La respuesta: un tal Sr. García que es a quien pertenecía en realidad la maleta. Asi que las 3 horas y 59 minutos siguientes fueron para llamar al aeropuerto, confirmar que su maleta seguía allí, ir a buscarla, esperar, traumatizar a mi padre y dar a luz al siguiente punto.
v  Primer comentario de mi padre sobre Inglaterra: ‘Que gente más fea’. Y es que si hay una canción que dice que ve gente guapa por todas partes, el cantante debe de estar en el hemisferio opuesto a mi padre.
v  Mi hermana es posiblemente la persona más eficiente del país: coloca su ropa interior en el bolsillo exterior de la maleta (la cara de susto por si el Sr. García había abierto el bolsillo y encontrado el tesoro era para hacerle una foto) para ahuyentar a posibles ladrones, omitiendo la posibilidad de que sea ella la que en realidad coja la maleta de otro por error, por supuesto. Y le da el toque exótico al cacheo del detector de metales poniéndose dos sujetadores. ¿Qué pensaría el policía que le cacheo?
v  A 5 días de su llegada, puedo confirmar que el número de víctimas asciende a 4 vasos y una copa. En 10 días mas y le tendremos que pedir al gatito Jones que comparta con nosotros su bol del agua.
v  El primer día de rebajas se vio truncado por unas lentejas. Más concretamente por la idea de mi madre de dejarlas al fuego al mínimo mientras íbamos de compras. ¿Resultado? Allá como 1.5 horas después de salir de casa mi Mama Jones comienza su estrategia de guerrilla para convencernos de volver a casa. 30 minutos más tarde se hace evidente: o volvemos o probablemente tengamos lentejas en salsa de cocina chamuscada para comer.
v  La hermanísima Jones es incompatible con mi salud mental: por alguna extraña alineación de los astros, acabo pintando mi baño de azul cuando debía ser blanco. Y es que ella también debió de leer el libro ‘why men prefer bitches’ y se aferro al capitulo ‘Dumb like a fox’ como a un clavo ardiendo: si no te gusta hacer algo, hazlo mal. Yo desde luego no le vuelvo a pedir que pinte nada que sea más grande que la superficie de mis unas.
Asi que como Dorothy la del Mago de Oz, yo repito ‘No hay nada como el hogar’.  Por muchas maletas perdidas, vasos rotos y desastres varios, cualquier día de estos hasta encuentro el sendero de baldosas amarillas! ¿Me llevara a España o me dejara en Londres?
Felices fiestas!
Lara Jones

20/12/11

Navidades Jones 2011 (I)

A  tres días de la llegada del séquito Jones, directo de Madrid-Barajas, con la tensión hirviéndome en la sangre, estoy entre homenajear a todas las madres por sus habilidades de gestión logística y compartir mi estrés pre-navidad. Como todos los caminos llevan a Roma y cualquiera de mis opciones lleva a la lista de estrés, ahí vamos:
v  En lugar de cantar villancicos estoy repasándome el Rosario. Y es que ni he probado la cafetera combi supersónica cuyo único cometido en la vida es servir dos litros de café diarios a mi madre  durante 10 días, ni (horror) he comprado tazas de café tamaño normal lo cual es un drama de consecuencias imprevisibles puesto que cualquier café que tomemos fuera de casa va a venir en vaso de papel de medio litro y va a hacer, no solo que mi madre levante la ceja, sino que acabe buscando en el diccionario Oxford como pedir que le pongan el café en termo. No tengo ninguna duda de que al final lo conseguirá.
v  Me estresa que el único sofá que jamás pondré en mi casa llegue exactamente el mismo día que mis padres y, posiblemente, a la misma hora. No solo me estresa que probablemente habrá atasco  en las escaleras y mis padres tendrán que esperar abajo a que los transportistas terminen la maniobra, sino que el taxista con el que he contactado tenga un nombre indescifrable y una cuenta de correo de Google, lo cual puede enmascarar desde el perfecto padre de familia a un experto en secuestros express dispuesto a cobrarse al gatito Jones como rescate.
Christmas Decor 4
Navidades de color de rosa

v  La comida se está convirtiendo en un drama para mí. Gracias a Dios no porque los diferentes ingredientes flirteen entre ellos en el frigorífico y se casen, reproduzcan y descasen en intervalos de una hora al más puro estilo culebrón venezolano, sino porque si mantener con vida a 4 personas me parece un reto, mantener contenta a Mama Jones en tierras británicas parece un imposible. Empezando por cenar pavo (sin mencionar que no es que no haya probado la receta, es que ni la he buscado), siguiendo por el afternoon tea que incluye tartaletas de colores que jamás pensaste que no fueran venenosos, continuando por el fish & chips (nos podremos a contar el colesterol del empanado?) y terminando por la degustación de comida india. Porque no es que mi madre no sea exótica. Es que se aferra a las lentejas con chorizo como si no hubiera mañana. Y cuando llegue aquí, las pobrecitas serán parte del ayer.
v  El tiempo: porque en Inglaterra, no llueve en cantidad, lo que llueve es en calidad y sobre todo a traición. Solo asi se explica que el domingo antes de salir de casa hiciese sol y 5 minutos después estuviese cayendo agua-nieve de tormenta cerrada. ¿Que no hace frio para agua-nieve? Pues no hay problema, en lugar de llover para abajo lloverá de lado. El caso es que tu llegues con el maquillaje destrozado o del susto de la amenaza de nieve o de la erosión lenta pero segura de la lluvia resbalándote en tu cara. Solo así se explica que yo ayer acabase con el flequillo como Estrellita Castro.
v  El tour, porque seamos sinceros, yo turista lo que se dice turista no soy. Me canso, me duelen los pies, tengo hambre y sobre todo me da una pereza… No he empezado y ya quiero volver a casa. Y claro como yo soy la guía, no puedo hacer pucheros y preguntar ‘¿Cuándo llegamos?’. Lo que igual si que hago es auto-abandonarme en una gasolinera.
Asi que contando estoy las horas para que aterrice EasyJet, no tanto por impaciencia sino porque si no se pasa pronto este estrés me voy a dar al azúcar y cuando termine con la producción mundial empezare con la cafeína.
Y vosotros, ¿tenéis ya todo preparado o habéis delegado?
Lara Jones
PS. El concurso de Blog de 20 minutos esta abierto a votaciones  a final de Diciembre. Sorry, pense que estaba ya, pero a partir de final de la semana que viene se podrá votar.

13/12/11

Como hipocondriaca reconocida, mi gimnasio no me podia hacer mejor regalo que un chequeo de salud: Yupiiii!!! Me iban a confirmar si tenía alguna enfermedad terminal asintomática, que son las que mas miedo me dan porque síntomas, salvo de sueño, no tengo de nada.
Asi que el jueves pasado, después de mi sesión de pinto y coloreo en las paredes de mi salón, que yo entendí que no estaba dentro de la categoría de ‘ejercicio extenuante’ que tenia prohibido antes de la revisión aunque a mí me dejo solo útil para sopitas y buen vino, me fui a mi chequeo.
Y como suele ocurrir en estos casos, el médico que tienes que ver a menudo, o sea mi medico que cabecera o el santo barón que lidia con mis ‘estoy cansada, ¿no será algo maligno?’ (si el pobrecito supiera lo poco que duermo igual en lugar de análisis de sangre me mandaba de vacaciones), te toca bajito, feo y despeluchado. Y el médico que solo ves una vez en la vida (o sea el del gym) es como mi armario de 2mx2m pero en lugar de puertas de espejo, musculo forjado.
Y el reconocimiento, como siempre, aburrido: las mismas preguntas que me hace el banco, el seguro y mi madre me las hace el médico: que si me encuentro bien, si siempre me acuerdo de comer, beber y sobre todo respirar, si tengo antecedentes (mi madre lo sustituye por ‘¿y quienes son los padres de este amigo tuyo?) y entonces… toca tomarme la tensión!! Como mujer precavida vale por dos y Lara no vale por ninguna, por supuesto, que lleve una camiseta con reto de ‘arremangamiento’ incorporado. Y como yo soy de las que creo que los médicos junto con los padres y los ángeles no tienen sexo pues pensé, casi que me la quito. Y a ello me dispuse, porque yo me despeloto con una facilidad pasmosa delante del personal hospitalario, eso sí con cuidado, porque los cuellos vueltos son muy traicioneros.
Nature Guy
Una copia exotica y soleada de mi medico

El caso es que como a mitad de operación, veo unos aspavientos a mi alrededor. Y es que se me olvido: que esto es Inglaterra, que aquí si te quitas la ropa en el médico le puedes denunciar y, de hecho, ganar el juicio y salir no solo forrada de borreguito sino de pasta.
Asi que, aunque consciente de que mi estado de salud se iba a deteriorar rápidamente, especialmente si se me gangrenaba el brazo durante la toma de tensión, no tanto por el aparato en sí, que mi brazo ya está en sobre aviso  y no se despeina de la impresión, sino por el ‘arremangamiento’ contra la salud pública cuyas consecuencias finalmente fueron solo perdida de sensibilidad temporal en los 20 dedos de los que soy propietaria (5 por causas directamente atribuibles a las situación y 15 por solidaridad) accedí a comportarme de acuerdo con los estándares ingleses y sacrificar mi salud (¿pero yo no iba para mejorarla?) a favor de la salud, sobre todo mental, de mi médico.
El caso es que después de pesarme, medirme y tomarme las pulsaciones (con pulso metro, que así el reloj puede estar a 5 metros y no es denunciable) y cuando mi sueño de un mes gratuito de gimnasio si mejoraba mi salud en 3 meses se desvanecía (porque estoy más sana que el 90% de las mujeres d emi edad, manda narices, con todas las enfermedades imaginarias que tengo), el médico con todo su aplomo me dice ‘nos vamos a tomar algo esta noche?’. Pues mira, casi que no… Porque después de venir con los pantalones medio caídos enseñando parte de mis interiorismos porque estaba acabando de pintar una esquinita del salón y se me hizo tarde, el intento de despelote fallido y la confirmación de que mis genes son de primera (sana como una manzana) no necesito dispararte ninguna feromona para que tu pienses que esto es Jauja. Y aunque Jauja está muy bien, yo lo que necesito ahora mismo es un Patxi, el de Bricomania, que me pinte, coloree, me taladre la pared, construya muebles y si puede ser después hasta limpie.
Asi que les di un silbidito a mis deditos insensibles y nos fuimos todos a casa. Y es que Prince Charming tendrá que esperar: Yo quiero un Patxi!
Lara Jones
P.S. Estoy inscrita en el concurso de Blogs de 20 Minutos. Si te gusta mi blog, vota por mi!

6/12/11

Aquellos Maravillosos Baños

Me encanta ir al baño. No por la parte de alivio que resulta de las operaciones fundamentales en el susodicho habitáculo sino porque me encanta ver los baños en restaurantes, oficinas y demás, siempre y cuando, en el establecimiento en si ni sirvan bocatas de calamares ni yo vaya pisando serrín por el suelo.
Debí haber sabido que iba a tener una experiencia religiosa cuando al salir de casa a las 6 menos 10 de la mañana (¿es o no es para beatificarme?), en la estación vi a un hombre trajeado entre dos armarios de la luz en lo que parecía una maniobra deliberada para evitar el viento congelado de Diciembre. Solo que no hacia viento. Cuando lo vi, pensé que en breve aparecería un gato negro, una lechuza y Harry Potter aterrizaría en el andén dispuesto a combatir a las fuerzas del mal y a los tipos raros.
Como tengo una memoria igual que el pez del anuncio de Mercedes (cada segundo es un mundo nuevo) allá para las 9 de la mañana, a unos 250 km de distancia se me había olvidado. Asi que entré joven e inocente al baño de la universidad donde tenía la reunión ese día a hacer mi tour turístico. Un poco como los perritos que saludan a cada farola pero en versión azulejo de Porcelanosa.
Tras una puerta con mugre mucho más antigua que mi fecha de nacimiento, apareció ante mí un baño estilo discoteca Posh, con espejos dorados, mármoles y accesorios que llamaban al lujo y desenfreno. ¿Que es lo siguiente que veo? İUn cubiculo con dos váteres!!!!  ¿Sería una provisión en caso de que estudiantes siamesas fueran aceptadas en la Universidad o parte de un esfuerzo para fomentar el trabajo en equipo (equipo que hace sus cositas unido, permanece unido alguien dixit)?
Insect Intimacy
La cosa esta que arde en las universidades

Una vez recuperada de la impresión y con los labios recién pintados, que yo siempre pienso mejor, me vuelvo hacia la máquina expendedora que, por definición, suele tener una mezcla de tampones y medias que son las dos cosas que suelen ir generalmente mal en la vida de toda mujer. Cuando mi interés puramente científico me lleva a mirar más de cerca, ¿qué me encuentro?  Condones en todas sus variedades y İsorpresa!!! İUn anillo vibrador!!! Porque como todos sabemos, los estudiantes necesitan papel, boli, libros, un portátil y anillos vibradores para  ir a clase. Y de repente me salieron arrugas del susto: me sentí como la abuela cebolleta diciendo ‘en mis tiempos..’. Porque definitivamente hace 10 años en mi Universidad no solo no había anillos vibradores sino que no había condones en 10 km a la redonda; sexo y madres no iban ni en la misma frase ni en la misma conversación (un minuto después mi compañera me contaba que su hija de 18 años tomaba la píldora y yo me las imaginaba en el mostrador de la cocina con café y tostadas discutiendo los detalles) y ningún baño me hacia reír (cuando vi el anillo vibrador me acorde de la escena ‘He is not into you’ en la que un niño juega con el mando a distancia de unas bragas vibradoras y acabe muerta de la risa).
El caso es que como a los ingleses les gusta decir ‘This is England’ y aunque me torturen sus políticas de Health and safety, que implican que las entregas a domicilio son a veces entregas al portal porque los transportistas no suben mercancía mas de 26 escalones (¿es o no es  un numero raro?) a veces me da muy buenos ratos. Una pena que no lo pueda compartir con ellos. Los pobrecitos necesitarían una introducción a los países de religión católica y en particular al universo Jones para entenderlo.
Lara Jones